Introducción
Crecer durante una larga sequía a principios de la década de 2000 me inculcó valiosas lecciones y moldeó mi perspectiva sobre los comportamientos sostenibles. La comunidad y yo tuvimos que adaptarnos a restricciones de agua, recursos reducidos y una mayor conciencia de los esfuerzos de conservación. Estos desafíos, sin darme cuenta, me introdujeron en conceptos parecidos a la teoría del empujón, un enfoque de la economía del comportamiento que apunta a influir en las elecciones y los comportamientos en la dirección deseada. Este artículo comparte cinco ideas de mis experiencias infantiles durante la sequía que son paralelas a los principios del empujón y destacan sus aplicaciones para promover comportamientos sostenibles.
1. Opciones predeterminadas:
Durante la sequía, se instalaron cabezales de ducha de bajo flujo y aireadores de grifo de forma predeterminada en nuestros baños. Este simple cambio no requirió ningún esfuerzo significativo por nuestra parte, pero generó un ahorro considerable de agua sin comprometer la usabilidad. Impulsar la sostenibilidad a través de opciones predeterminadas implica diseñar sistemas y entornos para que la elección sostenible sea la más fácil y conveniente.
2. Normas sociales:
Las presiones sociales durante la sequía alentaron conductas de ahorro de agua. Los vecinos compartieron consejos para la conservación del agua y monitorearon las prácticas de riego al aire libre de los demás. Impulsar las normas sociales implica aprovechar la influencia del grupo para promover comportamientos deseados. Destacar las acciones y elecciones de compañeros o vecinos puede dar una idea de lo que se considera un comportamiento responsable en una comunidad.
3. Bucles de retroalimentación:
La sequía requirió un estrecho seguimiento del uso del agua. Las actualizaciones periódicas sobre el consumo de agua a través de facturas mensuales de agua facilitaron la concientización sobre nuestros patrones de uso y provocaron ajustes para reducir el consumo. Los circuitos de retroalimentación fomentan el autocontrol y el ajuste de comportamientos en función de los datos de desempeño.
4. Recordatorios de valor :
Las campañas de concientización locales durante la sequía enfatizaron la importancia del agua como recurso valioso. Esto nos ayudó a comprender la importancia ecológica y económica de la conservación del agua. Los recordatorios de valor conectan a las personas con el valor inherente de los recursos, fomentando comportamientos responsables.
5. Establecimiento de objetivos:
Las autoridades locales establecieron objetivos de consumo diario de agua para los hogares durante la sequía. Estos objetivos proporcionaron un objetivo colectivo por el cual trabajar, inculcando un sentido de responsabilidad y motivación para ajustar los comportamientos en consecuencia. El establecimiento de objetivos puede impulsar a las personas a centrar sus esfuerzos en objetivos alcanzables, lo que da como resultado cambios de comportamiento sostenidos.
Conclusión
Al reflexionar sobre las experiencias de sequía de mi infancia, reconozco cómo me presentaron principios que se alinean con la teoría del empujón. Las lecciones aprendidas al adaptarse a la escasez de agua proporcionaron información valiosa sobre cómo la orientación amable y las señales contextuales pueden influir en los comportamientos. La integración de los principios del empujón en las iniciativas de sostenibilidad puede tener un impacto a la hora de impulsar a las personas a adoptar prácticas sostenibles y, en última instancia, contribuir a un futuro más verde y resiliente.