Es una forma de gestión de riesgos que reduce el riesgo de perder toda la descendencia por especializarse demasiado estrechamente. Los descendientes que sean más aptos en el conjunto de condiciones ambientales predominantes tendrán mayores posibilidades de sobrevivir hasta la madurez reproductiva y contribuir así con su genotipo a la siguiente generación.
Por ejemplo, una planta que produce algunas semillas que germinan rápidamente y otras que germinan lentamente está protegiendo sus apuestas contra la posibilidad de una sequía. Si hay sequía, las semillas que germinan rápidamente pueden morir, pero las semillas que germinan lentamente pueden sobrevivir.
De manera similar, una planta que produce algunas hojas anchas y otras estrechas está protegiendo sus apuestas contra la posibilidad de fuertes vientos. Si hay vientos fuertes, las hojas anchas pueden dañarse, pero las hojas estrechas pueden resistir el viento.
Al producir una mezcla de diferentes fenotipos, las plantas pueden aumentar sus posibilidades de supervivencia en un entorno cambiante.