El búho barrado es originario del este de América del Norte, pero ha ido ampliando su área de distribución hacia el oeste en las últimas décadas. En el noroeste del Pacífico, los búhos barrados compiten con los búhos moteados del norte por alimento y hábitat. Los búhos moteados del norte figuran como amenazados según la Ley de especies en peligro de extinción y su número ha ido disminuyendo en los últimos años.
El Servicio de Pesca y Vida Silvestre sostiene que matar al búho barrado es necesario para ayudar al búho moteado del norte a recuperarse. La agencia cita un estudio que encontró que los búhos barrados mataban un promedio de un búho moteado por territorio por año. La agencia también sostiene que matar a los búhos barrados reduciría la competencia por el alimento y el hábitat, y crearía más sitios de anidación para los búhos moteados.
Los grupos conservacionistas argumentan que el estudio citado por el Servicio de Pesca y Vida Silvestre es defectuoso y que la agencia está ignorando otros factores que contribuyen a la disminución del búho moteado del norte. Argumentan que la tala, la pérdida de hábitat y el cambio climático son amenazas más importantes para los búhos moteados que para los búhos barrados.
Los grupos conservacionistas también argumentan que matar búhos barrados podría tener consecuencias no deseadas. Por ejemplo, los búhos barrados ayudan a controlar las poblaciones de roedores y otros animales pequeños. Matar búhos barrados podría provocar un aumento de la población de estos animales, lo que podría tener impactos negativos en el medio ambiente.
El Servicio de Pesca y Vida Silvestre se encuentra actualmente en el proceso de revisar los comentarios que recibió sobre su plan propuesto. Se espera que la agencia tome una decisión final sobre el plan en los próximos meses.
Los grupos conservacionistas están instando al Servicio de Pesca y Vida Silvestre a suspender el plan y considerar otras opciones para ayudar al búho moteado del norte a recuperarse. Argumentan que matar búhos barrados es una medida drástica que no está justificada por la evidencia.