1. La cortina de la ducha es demasiado larga. Si la cortina de la ducha es demasiado larga, se acumulará en el suelo y creará una presa que impedirá que el agua se escurra correctamente. Esto puede hacer que el agua retroceda y llene la bañera, lo que puede ejercer presión sobre la cortina de la ducha y hacer que se infle.
2. La cortina de la ducha no tiene el peso adecuado. Las cortinas de ducha suelen tener peso en la parte inferior con un dobladillo o una tira con peso. Este peso ayuda a mantener la cortina de la ducha en su lugar y evita que se hinche. Si la cortina de la ducha no tiene peso, puede agregar uno cosiendo un dobladillo en la parte inferior de la cortina o colocando una tira con peso.
3. La puerta del baño está abierta. Cuando la puerta del baño está abierta, la presión del aire en el baño puede hacer que la cortina de la ducha se infle. Para evitar esto, mantenga la puerta del baño cerrada cuando se duche.
4. La barra de la cortina de la ducha no está instalada correctamente. Si la barra de la cortina de la ducha no está instalada correctamente, puede hacer que la cortina de la ducha se hunda o se hinche. Asegúrese de que la barra de la cortina de la ducha esté instalada a la altura correcta y que esté bien sujeta a la pared.
5. El cabezal de la ducha rocía directamente sobre la cortina de la ducha. Si el cabezal de la ducha rocía directamente contra la cortina de la ducha, puede hacer que la cortina se infle. Para evitar esto, ajuste el ángulo del cabezal de la ducha para que no rocíe directamente contra la cortina.
Si sigue estos consejos, podrá evitar que la cortina de la ducha se hinche y disfrutar de una experiencia de ducha más cómoda.