Un estudio que cuestione esta teoría y proponga el escenario opuesto, sugiriendo que los dinosaurios evolucionaron a partir de aves, enfrentaría un escrutinio significativo y requeriría evidencia convincente para revertir el vasto cuerpo de conocimiento científico que respalda la comprensión actual de la evolución de las aves y los dinosaurios. Un estudio de este tipo necesitaría proporcionar evidencia fósil sólida, datos moleculares y análisis filogenéticos para respaldar su hipótesis y desafiar el paradigma existente.
La comunidad científica evalúa y examina continuamente nuevos hallazgos, pero cualquier afirmación que contradiga teorías bien establecidas requiere evidencia extraordinaria y una validación científica rigurosa antes de ser ampliamente aceptada. Desafiar una teoría ampliamente aceptada requiere una cuidadosa consideración, reproducibilidad y revisión por pares antes de que pueda considerarse que potencialmente cambia la comprensión actual de las relaciones evolutivas entre aves y dinosaurios.