Los osos polares se encuentran en la cima de la cadena alimentaria del Ártico y, como tales, están expuestos a altos niveles de mercurio. El mercurio es un metal pesado que puede causar graves problemas de salud en humanos y animales, incluidos daño cerebral, daño renal y problemas reproductivos.
El mercurio ingresa al ambiente ártico a través de una variedad de fuentes, incluidas fuentes naturales como volcanes y actividades humanas como la minería y la quema de carbón. Una vez en el Ártico, el mercurio puede depositarse en la tierra, el hielo y el agua, donde los animales pueden ingerirlo.
Los animales árticos que se encuentran en la parte inferior de la cadena alimentaria, como el fitoplancton y el zooplancton, absorben mercurio del agua. Los animales más pequeños, como peces y aves, se alimentan de estos organismos y acumulan mercurio en sus tejidos. Los osos polares, que se alimentan de focas y otros mamíferos marinos, se encuentran en la cima de la cadena alimentaria y acumulan los niveles más altos de mercurio.
Los científicos saben desde hace mucho tiempo que los osos polares están expuestos a altos niveles de mercurio, pero no han entendido completamente cómo se mueve el mercurio a través de la red alimentaria del Ártico. Un nuevo estudio, publicado en la revista Nature Communications, ha arrojado luz sobre este proceso.
El estudio, dirigido por investigadores de la Universidad de Manitoba, analizó los niveles de mercurio en diferentes tipos de animales del Ártico, incluidos fitoplancton, zooplancton, peces, focas y osos polares. Los investigadores descubrieron que los niveles de mercurio aumentaban en cada nivel de la cadena alimentaria, y los niveles más altos se encontraban en los osos polares.
Los investigadores también encontraron que el tipo de dieta consumida por un animal afectaba sus niveles de mercurio. Los osos polares que comían focas que comían pescado tenían niveles de mercurio más altos que los osos polares que comían focas que comían otros mamíferos marinos. Esto sugiere que es más probable que el mercurio se acumule en animales que se encuentran en niveles superiores en la cadena alimentaria y que comen animales que también se encuentran en niveles superiores en la cadena alimentaria.
Los hallazgos de este estudio tienen implicaciones para la salud de los osos polares y otros animales del Ártico. Los altos niveles de mercurio pueden causar problemas de salud en los osos polares, incluidos problemas reproductivos y tasas de supervivencia reducidas. El mercurio también puede transmitirse de madres a cachorros a través de la leche, lo que puede contribuir aún más a los problemas de salud de los osos polares jóvenes.
El estudio también tiene implicaciones para la salud humana. Las personas que comen osos polares y otros animales del Ártico están expuestas al mercurio a través de su dieta. Los hallazgos de este estudio sugieren que las personas que comen animales del Ártico pueden correr el riesgo de consumir altos niveles de mercurio, lo que puede causar problemas de salud.
Los resultados de este estudio resaltan la importancia de reducir las emisiones de mercurio al medio ambiente del Ártico. El mercurio es un contaminante global que puede viajar largas distancias a través de la atmósfera y puede depositarse en zonas remotas, como el Ártico. Reducir las emisiones de mercurio ayudará a proteger la salud de los osos polares, otros animales del Ártico y los humanos.