Una de las principales razones del dimorfismo sexual es la selección sexual. Esto se refiere al proceso mediante el cual ciertos individuos tienen más éxito a la hora de atraer parejas y reproducirse. En muchos casos, los machos están más ornamentados o tienen características sexuales secundarias más pronunciadas que las hembras, ya que estos rasgos pueden aumentar su atractivo para las parejas potenciales. Por ejemplo, los pavos reales machos tienen plumas de cola elaboradas y coloridas que muestran a las hembras durante el cortejo. De manera similar, los leones machos tienen melenas prominentes que se cree que indican fuerza y dominio tanto a las hembras como a otros machos.
Otra razón del dimorfismo sexual está relacionada con los roles reproductivos. En algunas especies, los machos y las hembras tienen diferentes responsabilidades en la crianza de la descendencia. Por ejemplo, en muchas especies de aves, las hembras son responsables de la mayor parte de la incubación y crianza de los huevos, mientras que los machos defienden el nido y proporcionan alimento. Como resultado, las hembras pueden tener adaptaciones físicas que les ayuden a cuidar a las crías, como un parche de piel desnuda en el vientre que ayuda a mantener los huevos calientes.
Los factores ecológicos también pueden contribuir al dimorfismo sexual. Por ejemplo, si los machos y las hembras de una especie ocupan nichos ecológicos diferentes, pueden desarrollar diferentes adaptaciones físicas que les permitan prosperar en sus respectivos entornos. Por ejemplo, en algunas especies de ciervos, los machos son más grandes que las hembras y tienen astas que les ayudan a competir por el dominio y defender su territorio. Por el contrario, las hembras son más pequeñas y carecen de astas, lo que les permite moverse más fácilmente a través de la densa vegetación.
En general, el dimorfismo sexual es producto de una variedad de procesos evolutivos, incluida la selección sexual, las funciones reproductivas y los factores ecológicos. Resulta en claras diferencias físicas entre hombres y mujeres, que contribuyen a la diversidad y complejidad de la vida en la Tierra.