Si bien las hormigas se dedican a la agricultura, principalmente cultivando hongos como alimento, su analogía al comparar sus prácticas con la guerra química es bastante imaginativa. La guerra química llevada a cabo por humanos implica el uso deliberado de sustancias químicas o toxinas nocivas para los organismos, especialmente durante conflictos militares, que no tiene relación con el comportamiento natural de las hormigas.