Los científicos especulan que el Hombre de Pekín pudo haber exhibido adaptaciones a los climas más fríos de la época. Estas adaptaciones podrían haber incluido rasgos fisiológicos, como una capa más gruesa de grasa corporal o cambios en los procesos metabólicos, que les permitieron sobrevivir en las condiciones más frías del Pleistoceno medio. Además, las adaptaciones de comportamiento, como vivir en refugios en cuevas o usar el fuego para calentarse y cocinar, también podrían haber contribuido a su supervivencia en ambientes más fríos.
Es importante señalar que los mecanismos exactos y el alcance de estas adaptaciones siguen siendo temas de investigación y debate en curso entre los científicos. Se necesitan más estudios y análisis para comprender completamente cómo el hombre de Pekín se enfrentó al clima frío durante su época.