Las primaveras más tempranas pueden alterar los ciclos de migración, reproducción e hibernación de los animales, lo que puede tener consecuencias negativas para la supervivencia de las especies. Por ejemplo, si las aves migran hacia el norte demasiado pronto, es posible que descubran que sus fuentes de alimento aún no han llegado, lo que puede provocarles hambruna. De manera similar, si los osos salen de la hibernación demasiado pronto, pueden encontrarse con que no hay suficiente comida disponible, lo que también puede provocarles hambruna. Además, el adelanto de las primaveras también puede provocar cambios en el crecimiento de las plantas y en los tiempos de floración, lo que puede tener consecuencias negativas para los polinizadores como las abejas y las mariposas.