El divorcio puede ser un proceso muy difícil y costoso, y puede tener un impacto duradero tanto en los cónyuges como en sus hijos. El costo emocional del divorcio puede ser inmenso y también puede provocar problemas financieros, inestabilidad de vivienda y disputas por la custodia de los hijos.
Además del miedo al divorcio, existen otras razones por las que las parejas jóvenes optan por retrasar el matrimonio. Estas razones incluyen:
-El aumento del coste de la vida, que dificulta a las parejas jóvenes afrontar los gastos de la vida matrimonial.
-El creciente número de mujeres que eligen centrarse en sus carreras en lugar de casarse y tener hijos.
-La naturaleza cambiante de las relaciones de pareja, que ha supuesto una disminución del estigma de convivir sin estar casados.
En última instancia, la decisión de casarse o no es personal. No existe una respuesta correcta o incorrecta, y lo que es mejor para una pareja puede no serlo para otra. Sin embargo, es importante ser consciente de los posibles desafíos del matrimonio y asegurarse de tomar la decisión adecuada para usted y su pareja.
Aquí hay algunos consejos para parejas jóvenes que están considerando casarse:
-Habla sobre tus expectativas para el matrimonio. ¿Cuáles son tus objetivos? ¿Cómo quieres que sea tu relación?
-Discute tus finanzas. ¿Cómo administrarás tu dinero? ¿Quién pagará las facturas?
-Habla de niños. ¿Quieres tener hijos? Si es así, ¿cuántos? ¿Cómo los criarás?
-Obtener asesoramiento prematrimonial. Esto puede ayudarle a identificar y abordar cualquier problema potencial en su relación antes de casarse.
-Asegúrese de que ambos estén en la misma página sobre el matrimonio. Si no está seguro de si está preparado o no para casarse, lo mejor es esperar.