Además, la forma del cuerpo del mosquito también está diseñada para volar bajo la lluvia. El cuerpo del mosquito es largo y delgado, con una cabeza pequeña y un tórax grande. Este diseño hace que el mosquito sea más aerodinámico, permitiéndole volar más fácilmente bajo la lluvia.
Finalmente, las alas del mosquito están cubiertas de pequeños pelos que ayudan a repeler el agua. Esto significa que las alas del mosquito no se mojan fácilmente, lo que le permite volar incluso bajo la lluvia más intensa.
Como resultado de estos factores, los mosquitos pueden volar bajo la lluvia a pesar de que son muy pequeños y livianos.