El estudio del clima prehistórico permite a los científicos analizar la variabilidad climática a largo plazo e identificar los ciclos climáticos naturales, lo que ayuda a distinguir entre las fluctuaciones climáticas naturales y la influencia de factores inducidos por el hombre, como el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Los datos climáticos prehistóricos también sirven como base para la validación del modelo. Los modelos climáticos utilizados para proyecciones climáticas futuras se pueden comparar con registros climáticos prehistóricos para evaluar su precisión y confiabilidad. Es más probable que los modelos que capturan con éxito los cambios climáticos pasados proporcionen proyecciones confiables para los estados climáticos futuros.