Hay varias explicaciones posibles para esta relación. Una posibilidad es que la educación proporcione a las personas las habilidades de pensamiento crítico que necesitan para evaluar las afirmaciones religiosas y tomar decisiones informadas sobre sus creencias. Otra posibilidad es que la educación exponga a las personas a una gama más amplia de ideas y perspectivas, lo que puede llevarlas a desarrollar una comprensión más matizada de la religión. Finalmente, es posible que la educación simplemente brinde a las personas más oportunidades para participar en actividades religiosas, como asistir a la iglesia o leer textos religiosos.
Cualquiera que sea la explicación, la relación entre educación y religiosidad en Estados Unidos es compleja. Es importante recordar que correlación no implica causalidad. El hecho de que las personas con niveles más altos de educación tengan más probabilidades de ser religiosas no significa que la educación cause religiosidad. Puede haber otros factores, como los antecedentes familiares o las experiencias personales, que desempeñan un papel en la configuración de las creencias y prácticas religiosas de las personas.
Además de la relación general entre educación y religiosidad, también existen diferencias en la religiosidad de personas con diferentes tipos de educación. Por ejemplo, las personas con un título universitario en humanidades o ciencias sociales tienen más probabilidades de ser religiosas que las personas con un título universitario en ciencias naturales o ingeniería. Probablemente esto se deba al hecho de que las humanidades y las ciencias sociales tienden a centrarse en los valores y experiencias humanos, mientras que las ciencias naturales y la ingeniería tienden a centrarse en hechos y datos objetivos.
La relación entre educación y religiosidad es compleja y aún no se comprende completamente. Sin embargo, las investigaciones realizadas sugieren que la educación sí desempeña un papel en la configuración de las creencias y prácticas religiosas de las personas.