Por ejemplo, los fenólogos han observado que la primavera comienza antes en muchas partes del mundo. Esto significa que las plantas están saliendo y floreciendo antes de lo que solían hacerlo, lo que puede tener un efecto dominó en todo el ecosistema. Por ejemplo, una floración más temprana significa que los árboles pueden absorber más dióxido de carbono de la atmósfera, lo que puede ayudar a frenar el cambio climático. Sin embargo, una floración más temprana también puede significar que las plantas sean más vulnerables a los daños causados por las heladas, lo que puede reducir el rendimiento de los cultivos.
Los fenólogos están trabajando para comprender cómo estos cambios están afectando a los ecosistemas y cómo pueden mitigarse. Su trabajo es esencial para ayudarnos a adaptarnos al clima cambiante.