He aquí por qué matar coyotes no siempre aumenta la seguridad del ganado:
1. Compensación por depredador: Cuando los coyotes son eliminados del ecosistema, otros depredadores, como lobos, pumas e incluso perros domésticos, pueden trasladarse al área para llenar el nicho ecológico dejado por los coyotes. Estos depredadores pueden tener la misma probabilidad de cazar ganado e incluso pueden ser cazadores más eficaces debido a su mayor tamaño y fuerza.
2. Aumento de las poblaciones de roedores: Los coyotes desempeñan un papel vital en el control de la población de roedores, como ratones, ratas y topillos. Estos roedores pueden causar daños importantes a los piensos y a la infraestructura del ganado, y también pueden transmitir enfermedades tanto al ganado como a los seres humanos. Al reducir la población de coyotes, el número de roedores puede aumentar, lo que genera mayores pérdidas económicas para los agricultores y ganaderos.
3. Equilibrio alterado del ecosistema: Los coyotes son una parte esencial del ecosistema natural y ayudan a mantener el equilibrio entre especies de presas y depredadores. Al eliminar los coyotes, las poblaciones de animales de presa, como ciervos y conejos, pueden aumentar sin control. Esto puede provocar un pastoreo excesivo y una reducción de la biodiversidad, así como un mayor riesgo de brotes de enfermedades entre los herbívoros.
4. Adaptación y resiliencia: Los coyotes son animales muy adaptables y han evolucionado para sobrevivir en una amplia gama de hábitats. Cuando su población se reduce mediante medidas de control letales, los coyotes restantes pueden adaptarse cambiando su comportamiento o patrones reproductivos, lo que los hace aún más difíciles de controlar a largo plazo.
Por estas razones, los métodos letales de control de coyotes generalmente no se consideran una estrategia eficaz o sostenible para proteger el ganado. En cambio, los métodos no letales, como los perros guardianes del ganado, las cercas mejoradas y la modificación del hábitat, son estrategias más efectivas y ecológicamente racionales para reducir la depredación del ganado y al mismo tiempo mantener la salud general del ecosistema.