Una crítica es que el objetivo del 30% incluye áreas que ya están protegidas. Por ejemplo, alrededor del 17% del territorio de Australia ya se encuentra en parques nacionales u otras áreas protegidas. Esto significa que el gobierno sólo necesita proteger un 13% adicional de tierra para cumplir su objetivo.
Otra crítica es que el objetivo del 30% no incluye todos los tipos de ecosistemas. Por ejemplo, la meta no incluye ecosistemas altamente perturbados, como áreas urbanas y tierras de cultivo despejadas. Esto significa que algunos de los hábitats más importantes para especies amenazadas no están siendo protegidos.
Finalmente, algunos críticos argumentan que el objetivo del 30% no es suficiente para proteger la biodiversidad en Australia. Señalan que Australia es el hogar de una variedad única y diversa de plantas y animales, muchos de los cuales no se encuentran en ningún otro lugar del mundo. Argumentan que necesitamos proteger más del 30% de nuestra tierra y mar para garantizar la supervivencia de estas especies.
En conclusión, existen algunas críticas válidas al plan de Australia de proteger el 30% de su tierra y mar para 2030. Sin embargo, es importante señalar que el plan es un importante paso adelante para la conservación en Australia. Es la primera vez que el gobierno se compromete a proteger un porcentaje específico de su tierra y mar. Este es un avance positivo y, con suerte, conducirá a una mayor protección de la vida silvestre única y diversa de Australia.