Si bien las ciudades pueden incorporar elementos de infraestructura verde y bosques urbanos, normalmente requieren esfuerzos y planificación estratégica más sustanciales para almacenar o capturar cantidades significativas de carbono en comparación con los bosques. Los bosques han evolucionado a lo largo de períodos de tiempo considerables y abarcan ecosistemas vastos y complejos capaces de almacenar una cantidad significativa de carbono a través de numerosos factores.