La evolución del dedo único del caballo es resultado de cambios en su entorno y adaptaciones a nuevos modos de locomoción. Los primeros antepasados de los caballos, conocidos como eohippus, vivían en los bosques y tenían tres dedos en cada pie. A medida que el clima se volvió más seco y los pastizales reemplazaron a los bosques, los caballos comenzaron a adaptarse a correr en terreno abierto. Este cambio de hábitat favoreció piernas más largas, mayor velocidad y menor complejidad del pie. Con el tiempo, los dedos laterales redujeron gradualmente de tamaño hasta que solo quedó el dedo central, lo que dio lugar al pie con pezuña de un solo dedo que se ve en los caballos modernos.
El dedo único proporciona varias ventajas para la locomoción equina. Aumenta la superficie de contacto con el suelo, mejorando la distribución del peso y proporcionando una mejor tracción. Además, tener menos dedos reduce el peso total del pie, lo que permite a los caballos correr más rápido. El casco también actúa como un amortiguador natural, amortiguando el impacto de cada zancada y protegiendo las delicadas estructuras dentro de la pata del caballo. Estas adaptaciones evolutivas en conjunto permiten a los caballos sobresalir en viajar largas distancias de manera eficiente en lugar de alcanzar velocidades excepcionalmente altas.
A pesar de tener un solo dedo, los caballos pueden alcanzar velocidades impresionantes. Ciertas razas, como los pura sangre y los cuartos de milla, son conocidas por su habilidad para las carreras y pueden alcanzar velocidades de más de 55 millas por hora (89 kilómetros por hora) en distancias cortas. Sin embargo, estos aumentos de velocidad se producen a expensas de la resistencia debido al mayor gasto de energía y al desgaste del sistema musculoesquelético.
En conclusión, un solo dedo tiene ventajas evolutivas para los caballos, ya que ofrece una mejor capacidad de carga, absorción de impactos y una tracción que favorece la eficiencia en los desplazamientos en lugar de la velocidad en distancias cortas. Esta adaptación jugó un papel crucial en la capacidad de los caballos para adaptarse a nuevos entornos y convertirse en pastores exitosos en pastizales abiertos.