Para determinar las fuerzas de mordida de los osos, los investigadores reconstruyeron los músculos de su mandíbula y analizaron sus áreas transversales. Además, analizaron las microestructuras de los huesos para determinar la densidad de las fibras musculares. Luego, los investigadores utilizaron modelos informáticos para calcular y comparar las fuerzas de mordida de los osos.
El modelo estimó que los osos de las cavernas podrían ejercer fuerzas de mordida máximas de aproximadamente 1.200 newtons (N) en los dientes caninos y aproximadamente 1.700 N en los molares. Los osos pardos, en comparación, podrían generar fuerzas máximas de aproximadamente 1.600 N en los caninos y aproximadamente 1.950 N en los molares.
"Aunque los osos de las cavernas tenían fuerzas máximas de mordida ligeramente menores que los osos pardos, aún podían romper alimentos duros, como huesos, y consumir médula ósea nutritiva", dice la primera autora, la Dra. Stephanie Müller, de la Universidad de Mainz.
Sin embargo, los investigadores también descubrieron que los osos de las cavernas tenían mayor influencia en sus molares que los osos pardos. Esto les habría permitido moler la materia vegetal de manera más eficiente. “Esto indica que los osos de las cavernas tenían una dieta más herbívora que los osos pardos”, afirma Müller.
Los investigadores sugieren que la diferencia en la dieta entre los osos de las cavernas y los osos pardos puede haber sido un factor clave en la extinción de los primeros. A raíz del cambio climático ocurrido hace aproximadamente 125.000 años, la productividad de las plantas en Europa disminuyó significativamente. Los osos de las cavernas probablemente se vieron más afectados por el deterioro de las condiciones alimentarias durante este período que los osos pardos, lo que finalmente llevó a su extinción hace unos 25.000 años.
"Nuestro estudio muestra que la competencia por el alimento fue probablemente un factor importante en la extinción de los osos de las cavernas", afirma Müller. "Al analizar los músculos de la mandíbula de los osos y los modelos informáticos, hemos podido obtener nuevos conocimientos sobre sus dietas y los desafíos que enfrentaron durante el Pleistoceno tardío".