El mantillo plástico es una capa delgada de láminas de plástico que se coloca sobre el suelo para controlar las malezas, retener la humedad y regular la temperatura del suelo. Si bien ofrece varios beneficios en términos de rendimiento y calidad de los cultivos, su eliminación y su impacto ambiental han generado preocupación.
El estudio se centró en los campos de fresas de California, una de las regiones productoras de fresas más grandes del mundo. Los investigadores recolectaron muestras de suelo de 24 campos de fresas en todo el estado, que representan diferentes prácticas de manejo y tipos de suelo. Analizaron el suelo en busca de microplásticos, pequeñas partículas de plástico de menos de 5 milímetros de tamaño.
Los hallazgos mostraron que el mantillo plástico contribuye significativamente a la contaminación por microplásticos en los suelos agrícolas. Se descubrió que los microplásticos se originaban a partir de la degradación del mantillo plástico con el tiempo, así como de la incorporación de fragmentos de plástico durante la eliminación del mantillo y el cultivo del suelo.
Además, el estudio reveló que los microplásticos pueden persistir en suelos agrícolas durante períodos prolongados. En algunos campos, se detectaron microplásticos hasta 15 años después de la última aplicación de mantillo plástico. Esta presencia a largo plazo genera preocupación sobre los posibles impactos ecológicos de los microplásticos en la salud del suelo, la calidad del agua y el ecosistema en general.
La Dra. Sarah Kocher, autora principal del estudio, enfatiza la necesidad de alternativas sostenibles al mantillo plástico. "Nuestros hallazgos resaltan la urgente necesidad de abordar la contaminación plástica en la agricultura", dice. "Debemos encontrar formas de reducir el uso de plástico, mejorar las prácticas de gestión del mantillo y desarrollar materiales de mantillo biodegradables o reciclables".
El estudio subraya la importancia de considerar las consecuencias ambientales de las prácticas agrícolas y pide una transición hacia sistemas agrícolas más sostenibles. Al abordar la contaminación plástica proveniente de la producción de fresas y otras prácticas agrícolas, podemos proteger el medio ambiente y garantizar la sostenibilidad a largo plazo de nuestros sistemas alimentarios.