Una de las principales razones de esto es que las tormentas no se han distribuido uniformemente en todo el estado. Algunas áreas, como las montañas de Sierra Nevada, han recibido precipitaciones significativas, mientras que otras, como la costa sur, han visto relativamente pocas. Esto significa que algunas partes del estado aún pueden estar en alto riesgo de incendio, incluso si otras lo están menos.
Otro factor a considerar es que las tormentas no necesariamente han cambiado las condiciones subyacentes que contribuyen a los incendios forestales. Estas condiciones incluyen sequía, altas temperaturas y fuertes vientos. Si estas condiciones persisten, aún podrían provocar incendios forestales, incluso si ha llovido y nevado.
En general, es importante recordar que los incendios forestales son una parte natural del ecosistema de California. Sin embargo, el cambio climático está haciendo que los incendios forestales sean más frecuentes y más graves, y es importante tomar medidas para mitigar estos riesgos. Estos pasos incluyen reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, crear espacios defendibles alrededor de las casas y estar al tanto de las últimas condiciones de peligro de incendio.