Las marismas son excelentes sumideros de carbono. A medida que los pastos y otras plantas de los humedales realizan la fotosíntesis, transforman el CO2 en material vegetal. Cuando estas plantas mueren, se hunden en el ambiente anaeróbico (libre de oxígeno) del pantano; aquí, la descomposición anaeróbica avanza lentamente y el material vegetal muerto se acumula en forma de turba. Esta acumulación secuestra grandes cantidades de carbono orgánico durante largos períodos.