Utilizando una combinación de observación meticulosa, instrumentos de alta tecnología y técnicas científicas avanzadas, el equipo realizó un inventario extenso de la flora y fauna del patio trasero a lo largo de dos años. Su viaje de transformación en el patio trasero los llevó a través de las estaciones, revelando un mundo oculto lleno de vida.
Los hallazgos conmocionaron a la comunidad científica y revocaron suposiciones generalizadas sobre la biodiversidad suburbana.
Entre las 1.000 especies descubiertas, los insectos formaron el grupo más grande, con más de 500 especies distintas. Estos incluían mariposas, escarabajos, moscas y varias especies raras que no se encuentran típicamente en áreas suburbanas. Los investigadores identificaron varias especies de abejas y avispas nativas, destacando la importancia del patio trasero como centro de polinizadores esenciales.
Las siguientes en abundancia fueron las plantas, con más de 300 especies, muchas de las cuales se consideraban raras o en peligro de extinción. Los científicos quedaron encantados de encontrar flores silvestres como orquídeas manchadas y pantuflas de dama, así como una colección de pastos y flores silvestres nativas que probablemente habían sobrevivido desde la época preurbana.
El equipo registró aproximadamente 100 especies de aves, incluido el esquivo colibrí garganta de rubí y varios pájaros cantores migratorios que visitaban el patio trasero durante sus viajes estacionales. La presencia de estas especies indicó la presencia de una cadena alimentaria robusta y un ecosistema saludable.
Además, los investigadores encontraron varias especies de reptiles y anfibios, entre las que se encontraban varias especies de ranas e incluso una tortuga de caja. Estos hallazgos se sumaron al recuento de biodiversidad cada vez mayor del patio trasero y resaltaron la importancia de las fuentes de agua para diversos ecosistemas.
Los investigadores realizaron análisis exhaustivos de muestras de suelo, revelando más de 100 especies de organismos beneficiosos del suelo, como lombrices de tierra, nematodos y hongos micorrízicos. Estos organismos subterráneos desempeñan funciones cruciales en la salud del suelo y el ciclo de nutrientes.
Los investigadores atribuyeron su innovador descubrimiento a varios factores. En primer lugar, su patio trasero suburbano estaba adyacente a una reserva forestal protegida, lo que permitía la migración de especies a su propiedad. En segundo lugar, siguieron prácticas de jardinería sostenibles, promoviendo especies de plantas nativas y evitando productos químicos nocivos.
Más allá de la importancia científica de sus hallazgos, los investigadores esperaban que su trabajo inspirara a otros a apreciar la biodiversidad suburbana. Hicieron hincapié en el potencial de las áreas urbanas y suburbanas de convertirse en "microcosmos de biodiversidad" a través de una vida consciente y sostenible. Su investigación cuestionó las nociones tradicionales de los paisajes suburbanos y destacó el papel crucial que desempeñan los patios traseros en la preservación de la vida silvestre y la promoción de la resiliencia de los ecosistemas.
El proyecto atrajo la atención internacional sobre el potencial de biodiversidad de las áreas suburbanas que antes se pasaba por alto. Varias instituciones científicas, grupos de conservación de la naturaleza y autoridades locales buscaron colaboración con el equipo de investigación para replicar el estudio y promover los esfuerzos de conservación de patios traseros en comunidades urbanas y suburbanas de todo el mundo.