Esta afirmación se refiere al fenómeno en el que la proliferación de plantas exóticas (no nativas) en una región puede alterar significativamente su paisaje y ecosistema natural. La presencia de estas plantas exóticas puede ser tan generalizada y distintiva que resulta difícil identificar el país o región específico basándose únicamente en la vida vegetal visible. Esta confusión de la identidad geográfica resalta el profundo impacto que las especies exóticas invasoras pueden tener en la biodiversidad local y el carácter general de un área.