Restaurar la naturaleza de Europa requiere adoptar estrategias holísticas basadas en la ciencia que prioricen la restauración ecológica, la preservación de las áreas naturales existentes, la reducción de las presiones sobre la vida silvestre, la mejora de la gestión ambiental, la implementación del consumo sostenible, la lucha contra el cambio climático, la mejora de la participación pública y la aplicación de políticas respetuosas con la biodiversidad.