- El aumento de las temperaturas está provocando el derretimiento de los glaciares y la capa de nieve, lo que reduce el suministro de agua para beber, irrigar y generar energía hidroeléctrica.
- Las tormentas más intensas están provocando inundaciones y deslizamientos de tierra, que pueden dañar la infraestructura hídrica y contaminar las fuentes de agua potable.
- Los cambios en los patrones de precipitación están dificultando que los agricultores planifiquen sus cultivos, y la intrusión de agua salada está amenazando a las comunidades costeras.
El agua debe estar en el centro de la acción climática porque es un recurso crítico y esencial tanto para la salud humana como para el desarrollo económico.
El cambio climático está ejerciendo una presión cada vez mayor sobre los recursos hídricos y debemos tomar medidas para protegerlos.
A continuación se muestran algunas formas en que se puede integrar el agua en los planes de acción climática:
- Invertir en infraestructuras hídricas. Esto incluye la construcción de nuevas presas, embalses y plantas de tratamiento de agua, así como la reparación y el mantenimiento de la infraestructura existente.
- Promover la conservación del agua. Esto se puede hacer a través de campañas educativas, incentivos y regulaciones.
- Proteger las cuencas hidrográficas. Esto incluye plantar árboles, restaurar humedales y reducir la contaminación.
- Fomentar la reutilización y el reciclaje del agua. Esto puede ayudar a reducir la demanda de agua dulce.
- Apoyar la diplomacia del agua. Esto es esencial para prevenir conflictos por los recursos hídricos.
El agua es un recurso compartido y todos tenemos la responsabilidad de protegerla.
Al tomar medidas sobre el cambio climático, podemos ayudar a garantizar que todos tengan acceso al agua que necesitan para sobrevivir y prosperar.