Los investigadores también están interesados en cómo nuestra percepción del riesgo puede cambiar con el tiempo. Por ejemplo, podemos percibir una nueva actividad como más riesgosa cuando comenzamos a realizarla, pero a medida que adquirimos más experiencia, nuestra percepción del riesgo puede disminuir. Otro factor importante a considerar es la forma en que se nos comunican los riesgos.
Los medios de comunicación suelen desempeñar un papel importante en la configuración de nuestras percepciones del riesgo, y algunos estudios han demostrado que la forma en que se presentan los riesgos puede influir en la forma en que respondemos a ellos. Por ejemplo, es más probable que evitemos un riesgo si se presenta como una amenaza a nuestra salud o seguridad, pero es menos probable que lo evitemos si se presenta como un inconveniente menor.
En general, la forma en que pensamos sobre el riesgo es un proceso complejo que está influenciado por una serie de factores. Los investigadores están trabajando para comprender mejor este proceso, con el fin de ayudarnos a tomar decisiones más informadas sobre los riesgos que asumimos en nuestras vidas.