Sus hallazgos, publicados en la revista Nature Geoscience, brindan nuevos conocimientos sobre el papel que desempeñan los ríos en el ciclo global del carbono y cómo ese papel puede cambiar a medida que el Ártico continúa calentándose.
Los científicos estudiaron el destino del carbono de los ríos en el Océano Ártico mediante una combinación de observaciones de campo, experimentos de laboratorio y modelos informáticos. Se centraron en el mar de Laptev, que recibe grandes cantidades de agua del río Lena, uno de los ríos más grandes del mundo.
Los investigadores descubrieron que el carbono de los ríos se transporta al Océano Ártico en varias formas diferentes, incluida la materia orgánica disuelta, la materia orgánica particulada y el carbono inorgánico disuelto.
Una vez en el océano, el fitoplancton puede utilizar el carbono de los ríos como alimento o puede almacenarlo en los sedimentos del fondo del océano. Los investigadores descubrieron que el destino del carbono de los ríos en el Océano Ártico está influenciado por una serie de factores, incluida la cantidad de agua del río que ingresa al océano, la temperatura del agua del océano y la disponibilidad de luz solar.
Los científicos también descubrieron que el carbono de los ríos puede transportarse desde el Océano Ártico al Océano Atlántico Norte, donde puede contribuir a la acumulación de dióxido de carbono atmosférico.
Los hallazgos de este estudio tienen implicaciones para comprender el ciclo global del carbono y cómo puede cambiar en el futuro. A medida que el Ártico continúa calentándose, se espera que aumente la cantidad de agua de los ríos que ingresa al Océano Ártico, al igual que la temperatura del agua del océano. Estos cambios podrían conducir a un aumento en la cantidad de carbono de los ríos que se libera a la atmósfera, contribuyendo al cambio climático.
El estudio fue financiado por la Fundación Nacional de Ciencias y la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio.