El equipo de investigación evaluó varios factores que contribuyen a la propagación de incendios forestales, incluida la velocidad del viento, la carga de combustible, la topografía y los materiales de construcción. Utilizaron modelos informáticos y experimentos del mundo real para simular escenarios de incendios forestales y analizar el comportamiento del fuego en diferentes condiciones.
Según sus hallazgos, los investigadores recomiendan una distancia de separación mínima de 30 pies (9 metros) entre cobertizos y casas en zonas de incendios forestales. Esta distancia proporciona una zona de amortiguamiento que reduce el riesgo de impacto directo de las llamas y de transferencia de calor radiante desde un incendio forestal al cobertizo o la casa.
El estudio también destaca la importancia de mantener un espacio defendible alrededor de cobertizos y viviendas. Esto incluye eliminar la vegetación inflamable, limpiar los escombros e instalar jardines resistentes al fuego. Al crear una zona despejada alrededor de las estructuras, se reduce significativamente el riesgo de ignición y propagación del incendio.
Además, los investigadores recomiendan utilizar materiales resistentes al fuego para la construcción de cobertizos, como metal o revestimientos no combustibles. La instalación de rejillas de ventilación y pantallas resistentes a las brasas puede proteger aún más el cobertizo de las brasas voladoras, que son una de las principales causas de ignición de estructuras durante los incendios forestales.
Siguiendo estas pautas y recomendaciones, los propietarios de viviendas en áreas propensas a incendios forestales pueden reducir significativamente el riesgo de incendios forestales y proteger sus hogares y propiedades de los efectos devastadores de los incendios forestales.