Captación y conservación de agua:El objetivo principal de la técnica zaï es capturar y retener el agua de lluvia. Durante la temporada de lluvias, los agricultores cavan hoyos o hoyos poco profundos de unos 15 a 25 centímetros de profundidad y de 20 a 30 centímetros de ancho a intervalos específicos en sus campos. Estos pozos actúan como pequeños depósitos que recogen y almacenan el agua de lluvia, evitando la escorrentía y permitiendo que el agua se infiltre profundamente en el suelo. Esta reserva de agua sostiene los cultivos durante los períodos secos.
Mejora de la fertilidad del suelo:al capturar y almacenar agua de lluvia, la técnica zaï mejora la fertilidad del suelo y la retención de nutrientes. Los pozos suelen estar llenos de materiales orgánicos como estiércol, abono, residuos de cultivos y otros materiales vegetales. Esta materia orgánica se descompone y libera nutrientes esenciales en el perfil del suelo. La penetración más profunda de agua y nutrientes promueve el desarrollo de las raíces y mejora la salud general y el vigor de los cultivos.
Control de la erosión:La técnica zaï también ayuda en el control de la erosión y la estabilidad del suelo. Los pequeños pozos reducen el impacto de la escorrentía durante las fuertes lluvias, evitando la pérdida de suelo y nutrientes valiosos. La materia orgánica agregada a los pozos ayuda aún más a unir las partículas del suelo, mejorando la estructura del suelo y minimizando la erosión.
Supresión de malezas:Los hoyos creados en la técnica zaï actúan como barreras naturales que dificultan la propagación de malezas. La concentración localizada de materia orgánica y humedad dentro de los hoyos permite que los cultivos se establezcan más rápidamente, creando una ventaja competitiva sobre las plantas no deseadas. Esto reduce la necesidad de un deshierbe extensivo y permite a los agricultores centrar su energía y recursos en el cultivo.
Aumento del rendimiento de los cultivos:la combinación de recolección de agua, mayor fertilidad del suelo, control de la erosión y supresión de malezas da como resultado un mejor crecimiento de los cultivos y mayores rendimientos. Los agricultores que practican la técnica zaï han informado de aumentos significativos en la producción de cultivos, incluso en entornos secos difíciles.
Utilizando la técnica zaï, los agricultores del Sahel pueden superar la escasez de agua y la sequía, mejorar la fertilidad del suelo y aumentar el rendimiento de los cultivos. Es una práctica agrícola eficaz y sostenible que se ha transmitido de generación en generación y continúa apoyando la producción de alimentos y los medios de vida en la región.