La calidad del aire en muchas estaciones de tren es alarmantemente mala:aquí se explica cómo mejorarla
Referencias y notas:Nápoles:Cartenì et al (2015), Praga:Cusack et al (2015), Los Ángeles:Kam et al (2011a) &Kam et al (2011b); Boston, Nueva York, Long Island, Filadelfia y Washington:David G. Luglio et al (2021); Taipéi:Cheng y Yan (2011); Seúl:Park &Ha (2008); Beijing:Li et al (2007); Sídney:Mohsen et al (2018); Melbourne:Longbottom &Kinsella (2024) basado en mediciones cercanas reportadas que ocasionalmente excedieron los 100 µg/m³. Crédito:The Conversation/Universidad de Swinburne. Fuente:Análisis de datos de investigación de la Universidad de Swinburne
Las recientes revelaciones sobre la mala calidad del aire en la estación Southern Cross de Melbourne probablemente no sorprendieron a los pasajeros que experimentaron tales condiciones.
Los andenes de tren, la terminal de autobuses y las zonas cercanas han registrado una calidad del aire alarmantemente deficiente. En algunas partes de la estación, los niveles de dióxido de nitrógeno eran más de 90 veces superiores al límite recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). En tales niveles, considerados mucho más altos de lo médicamente aceptable, la salud humana está en riesgo.
La mala calidad del aire en las estaciones de tren es una preocupación en muchas ciudades importantes, incluidas Sydney, Nueva York y Boston en Estados Unidos, y Londres y Edimburgo en el Reino Unido. En algunas estaciones y túneles de Sídney, la contaminación del aire era hasta cinco veces peor que el límite recomendado por la OMS.
La mala calidad del aire es el resultado de los humos de los motores diésel, el flujo de aire restringido, el diseño de las estaciones y el desgaste de los componentes del tren. Estas emisiones incluyen pequeñas partículas en el aire. Estas partículas finas pueden causar enfermedades y dolencias. Los pasajeros, trabajadores y residentes cercanos podrían verse afectados.
Las soluciones ya existen. Invertir en tecnología, combustibles alternativos, electrificación y una mejor gestión de las estaciones puede mejorar la calidad del aire y reducir los riesgos para la salud. Al igual que con el COVID, las personas también pueden reducir su exposición usando mascarillas faciales adecuadas, como las P2 y N95.
Es un problema mundial
Estudios internacionales muestran que la mala calidad del aire es común en estaciones cerradas de trenes y autobuses. Los datos de la mayoría de las estaciones de muchas ciudades muestran que los niveles de partículas finas excedieron las pautas de la OMS.
En Sao Paulo, Brasil, un estudio encontró que "el tiempo pasado dentro de una terminal de autobuses puede resultar en un riesgo intolerable para la salud de los viajeros".
Proporcionado por The Conversation
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