Una perspectiva publicada en PNAS Nexus explora las lecciones aprendidas de los recientes incendios forestales mortales y propone una estrategia para gestionar el riesgo de incendios forestales.
El riesgo de incendios forestales y las muertes por incendios forestales están aumentando debido al cambio climático, las políticas de extinción de incendios y el desarrollo en la interfaz urbano-forestal. El incendio del 8 de agosto de 2023 que destruyó la histórica ciudad de Lahaina, Hawaii, se cobró 98 vidas, en parte debido a que no se alertó a los residentes sobre el peligro. En 2018, 104 vidas se perdieron en un incendio en Mati, Grecia, del que tampoco hubo alertas.
Para ambos incidentes, Costas E. Synolakis y Georgios Marios Karagiannis sostienen que se habrían salvado vidas si se hubieran emitido órdenes de evacuación. En ambos casos, el tráfico estuvo mal administrado, algunas víctimas murieron en sus autos y algunos sobrevivientes que se autoevacuaron tuvieron que ser rescatados de playas cercanas.
Los autores proponen una estrategia a largo plazo para integrar la gestión del riesgo de incendios forestales en la gestión de tierras forestales y señalan que los grandes incendios suelen ir seguidos de inversiones en infraestructura contra incendios, pero no en mitigación y prevención de incendios forestales. Los autores argumentan que se deben aumentar las medidas de prevención y mitigación, incluida la modernización de los edificios para que cumplan o superen los estándares del código de construcción, la limitación del desarrollo en la interfaz urbano-forestal, la quema prescrita, la reducción de combustible y el adelgazamiento de los bosques.
Los autores piden a los gobiernos que trabajen estrechamente con la industria de productos forestales para integrar la gestión de la tierra y la gestión del riesgo de incendios forestales, así como un sistema global para informar sobre incendios en la interfaz urbano-forestal. Además, es necesario mejorar los sistemas de alerta y alerta pública, junto con los planes de evacuación, incluidos los planes para personas con necesidades funcionales.
Los autores describen cómo la defensa de los científicos después de las catástrofes de Mati y Maui condujo a avances en los sistemas inalámbricos de alerta de emergencia de cada país. Los autores sostienen que las alertas deben enviarse a través de múltiples vías de comunicación, incluidos teléfonos móviles y fijos, radio, televisión y señales de mensajes variables en las carreteras.
Según los autores, las autoridades también deberían aprovechar las nuevas tecnologías, incluido el aprendizaje automático, para pronosticar en tiempo real los peores escenarios una vez que comiencen los incendios, junto con la observación de la Tierra desde satélites, para mejorar las capacidades de monitoreo y predicción.
Más información: Costas Emmanuel Synolakis et al, Gestión del riesgo de incendios forestales en la era del cambio climático, PNAS Nexus (2024). DOI:10.1093/pnasnexus/pgae151
Información de la revista: Nexus PNAS
Proporcionado por PNAS Nexus