Trasladar parte del uso de nitrógeno de los países ricos a los países pobres mejoraría la seguridad alimentaria y la sostenibilidad ambiental, según un estudio publicado en la revista PNAS Nexus. .
Los países ricos tienden a utilizar demasiados fertilizantes nitrogenados, lo que provoca cambio climático, contaminación del agua y degradación de la biodiversidad. Los países pobres carecen de suficiente nitrógeno para lograr rendimientos adecuados de los cultivos.
Helena Kahiluoto y sus colegas cuantificaron la redistribución óptima del aporte de nitrógeno para la producción de maíz, arroz y trigo entre países y regiones subnacionales, utilizando un conjunto de funciones de respuesta de rendimiento de nitrógeno de un conjunto de modelos de cultivos cuadriculados globales evaluados empíricamente. P>
Los autores modelaron la producción tanto para el nivel actual de uso de nitrógeno como para niveles más bajos considerados sostenibles. Además, los autores modelaron el uso más bajo posible de nitrógeno para alcanzar el nivel actual de producción de alimentos.
Una redistribución óptima del nivel actual de uso de nitrógeno aumentaría la producción agrícola mundial en un 12%. En este escenario, los países con inseguridad alimentaria moderada o grave en más de la mitad de la población verían aumentos de ocho veces en el uso de nitrógeno y aumentos de entre 108 y 110 % en la producción de alimentos.
En Asia oriental, la maximización de la producción global reduciría el aporte de nitrógeno a la mitad, mientras que la producción disminuiría sólo un 6%, y la mayor parte de esta disminución se produciría en China.
Los autores descubrieron que los niveles actuales de producción mundial de maíz, arroz y trigo podrían mantenerse con solo entre el 53% y el 68% del nitrógeno utilizado actualmente, si se redistribuyera el nutriente. Reducir el uso de nitrógeno óptimamente redistribuido al 33-43% del aporte actual, como aconsejan los científicos del sistema terrestre, implicaría una caída del 7-16% en la producción global.
Según los autores, esta brecha podría cerrarse con medidas del lado de la oferta, como la redistribución espacial de las tierras de cultivo, cultivos eficientes en nitrógeno, producción de algas y proteínas unicelulares, y con medidas del lado de la demanda, como cambios en la dieta y reducción del desperdicio de alimentos. . Creen que la redistribución del aporte de nitrógeno tiene el potencial de garantizar la disponibilidad y la soberanía alimentaria y, al mismo tiempo, proteger el planeta.
Más información: Helena Kahiluoto et al, Redistribución del nitrógeno para alimentar a las personas en un planeta más seguro, PNAS Nexus (2024). DOI:10.1093/pnasnexus/pgae170
Información de la revista: Nexus PNAS
Proporcionado por PNAS Nexus