Los gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono y el metano son en gran parte transparentes a la luz visible pero absorben muy bien la luz infrarroja. Al igual que la chaqueta que usas en un día frío, reducen la velocidad a la que la Tierra pierde calor en el espacio, lo que aumenta la temperatura de la superficie de la Tierra. No todos los gases de efecto invernadero se crean iguales, y algunos son más efectivos para ralentizar la pérdida de calor que otros.
Potencial de calentamiento global
Al determinar qué tan potente es un gas de efecto invernadero, entran en juego múltiples factores. Su duración en la atmósfera es importante: una sustancia química que se descompone rápidamente debería contribuir menos al cambio climático a largo plazo que una sustancia química que persista durante un largo período de tiempo, por ejemplo. La capacidad del químico para absorber en el infrarrojo y las longitudes de onda en las que absorbe mejor la luz infrarroja también son importantes. Una medida común es el potencial de calentamiento global, o GWP, que mide la capacidad de una cantidad predeterminada de la sustancia química para atrapar calor durante un período de tiempo específico, generalmente 100 años. Mayor vida útil y mejor absorción dan como resultado un mayor PCA.
Gases fluorados
Algunos de los gases de efecto invernadero más potentes en términos de PCG son los gases fluorados como hidrofluorocarbonos, perfluorocarbonos y hexafluoruro de azufre. Estos gases duran mucho tiempo en la atmósfera y se absorben muy bien en el espectro infrarrojo. Con un GWP de 23.900, el hexafluoruro de azufre es el más potente de todos los gases de efecto invernadero. Se usa en la producción de magnesio y en la fabricación de semiconductores. Los otros gases fluorados también tienen un alto GWP pero no rivalizan con el hexafluoruro de azufre. Los hidrofluorocarbonos tienen un GWP que varía de 140 a 11.700, mientras que los perfluorocarbonos tienen un GWP que varía entre 6.500 y 9.200. Se usan como refrigerantes en lugar de clorofluorocarbonos porque los clorofluorocarbonos dañan la capa de ozono y se han prohibido.
Contribución total
Aunque el hexafluoruro de azufre es el más potente de todos los gases de efecto invernadero conocidos, su contribución global El efecto invernadero es actualmente menor que muchos otros gases de efecto invernadero porque este gas solo se ha liberado en pequeñas cantidades. Según el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático, a partir de 2005, las concentraciones atmosféricas de la molécula fueron cercanas a 5,6 partes por billón, en comparación con las concentraciones de CO2 de aproximadamente 379 partes por millón. No obstante, dado que es un gas de efecto invernadero tan potente, las emisiones de hexafluoruro de azufre son motivo de especial preocupación.
Aumenta
Junto con los otros gases fluorados, las concentraciones de hexafluoruro de azufre en la atmósfera están aumentando y también, es su contribución al efecto invernadero. Sus vidas en la atmósfera se miden en milenios y son inusualmente buenos para absorber la radiación infrarroja. Las concentraciones de hexafluoruro de azufre aumentaron de 4,1 partes por billón a fines de la década de 1990 a 5,6 ppm en 2005. La emisión de hexafluoruro de azufre en los Estados Unidos está disminuyendo, pero las emisiones de hidrofluorocarbonos están en aumento.