• Home
  • Química
  • Astronomía
  • Energía
  • Naturaleza
  • Biología
  • Física
  • Electrónica
  •  science >> Ciencia >  >> Naturaleza
    Las leyes ayudan a reducir la contaminación y no afectan la competitividad. hallazgos del estudio

    Crédito:CC0 Public Domain

    La Cumbre Mundial sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas (COP25), que empieza hoy en Madrid, es la última iniciativa de los gobiernos del mundo para buscar acuerdos sobre marcos legales para ayudar a proteger el planeta. Sin embargo, Todavía hay muchas voces críticas que cuestionan la efectividad de las leyes para reducir la contaminación. Quienes se oponen a la regulación afirman que las leyes pueden conducir a sistemas demasiado rígidos e incapaces de adaptarse a los cambios tecnológicos. Otros creen que las empresas encontrarán formas de eludir los controles legales y que, por lo tanto, las leyes no logran avances significativos. Sin embargo, esta revisión de la investigación sobre el tema apunta a un escenario que es, De hecho, mucho más favorable hacia el potencial de la regulación ambiental.

    Un equipo de tres investigadores coordinados por Alberto Aragón, Catedrático de Dirección de Empresas de la Universidad de Granada, llevó a cabo una revisión minuciosa de los principales resultados de la investigación empírica sobre la regulación ambiental y la gestión empresarial. El estudio tuvo como objetivo ofrecer recomendaciones basadas en puntos de consenso.

    El trabajo se llevó a cabo en colaboración con el profesor Alfred Marcus (Universidad de Minnesota) y el profesor David Vogel (Universidad de Berkeley) y se publicará en Academy of Management Annals —La revista de investigación número uno del mundo por factor de impacto en las categorías de "negocios" y "administración".

    El trabajo realizado por Aragón, Marcus, y Vogel revisaron en profundidad los resultados de unos 70 estudios publicados en las principales revistas académicas del mundo. Las muestras de los estudios revisados, Tomado como un conjunto, incluía unos 97, 000 observaciones realizadas por empresas sujetas a diferentes normativas ambientales. Los estudios consideraron firmas y regulaciones de muchos países diferentes, centrándose en particular en los Estados Unidos, pero también incluyendo empresas con sede en Canadá, Porcelana, Taiwán Australia, Costa Rica, la Unión Europea, y la India, entre otros. Las conclusiones del presente estudio distinguen entre los efectos de la presión regulatoria ambiental obligatoria y voluntaria.

    Las leyes obligatorias son las más conocidas, y los estudios indicaron que estos tuvieron un efecto más fuerte en la reducción de la contaminación entre las empresas en cuestión que cualquier otro factor analizado, incluso mayor que las presiones ejercidas por los clientes. Es más, los investigadores identificaron diferencias entre los efectos atribuidos a las investigaciones que obligan a las empresas a utilizar determinadas tecnologías para lograr el cumplimiento y las que las obligan a alcanzar determinados objetivos o resultados.

    Los estándares de desempeño centrados en la tecnología pueden ser más problemáticos en términos competitivos, porque los sistemas fijos pueden quedar obsoletos o correr el riesgo de no adaptarse bien a las condiciones particulares de muchas empresas. Sin embargo, los que se basan en el establecimiento de objetivos permiten a cada firma decidir los procedimientos más adecuados en cada momento y les incita a mejorar continuamente si el objetivo está ligado al de los mejores.

    Aunque se encontró que tales regulaciones basadas en resultados eran notablemente más efectivas, Todas las regulaciones ambientales obligatorias ejercen un enorme poder entre las empresas para reducir la contaminación. Al mismo tiempo, los estudios no encontraron sustanciales, caída generalizada de la rentabilidad o competitividad de las empresas como consecuencia de la implementación de esta normativa. Muchas empresas incluso se vuelven más competitivas como resultado de las mejoras tecnológicas asociadas con sus esfuerzos por cumplir con los estándares obligatorios. Es más, la opción de la autorregulación se diseñó precisamente para facilitar aún más la flexibilidad de las empresas.

    Aunque la regulación ambiental voluntaria ha demostrado ser un desarrollo muy popular en los últimos años, sus resultados en cuanto al impulso para reducir el impacto ambiental han sido modestos.

    Autorregulación significa que la empresa es libre de cumplir con la norma en cuestión, o no. Los sistemas ISO 14000 o el sistema EMAS propuesto por la Unión Europea se encuentran entre las normativas medioambientales voluntarias más conocidas. En la región de 400, 000 empresas en el mundo han obtenido voluntariamente un certificado ISO14001 para demostrar su cumplimiento a través de un sistema de gestión ambiental en sus instalaciones.

    Control de cumplimiento débil

    La investigación realizada sobre este tipo de estándares revela dos factores preocupantes. Primero, el control de cumplimiento es típicamente débil, lo que socava la credibilidad del sistema. Segundo, muchas empresas se centran en los requisitos administrativos para lograr la certificación, caer en la trampa del "cumplimiento simbólico". Todos los estudios sin embargo, destacar que las regulaciones voluntarias presentan características que las hacen potencialmente interesantes, siempre que se cumplan determinadas condiciones en su diseño.

    Habiendo revisado en detalle la beca que trata este tema, Aragón, Marcus, y Vogel proponen una serie de recomendaciones para futuras normativas, destacando la importancia de tres aspectos fundamentales. Primero, Los gobiernos y las organizaciones que promueven las reglamentaciones voluntarias deben preocuparse no solo por la reglamentación en sí, pero también con su seguimiento, para asegurar su efectividad. Segundo, la normativa debería tratar de incluir simultáneamente elementos tanto voluntarios como obligatorios, en un intento por combinar la flexibilidad y la eficacia que caracteriza a cada tipo.

    Finalmente, el estudio reconoce que las diferencias en los requisitos regulatorios en todo el mundo generan tentaciones para muchas empresas y gobiernos, que creen que, reduciendo sus esfuerzos ambientales, pueden asegurar ventajas económicas.

    En ese sentido, Las regulaciones internacionales acordadas por los países que se sabe que son los más contaminantes serían un paso fundamental para lograr importantes avances futuros. Los investigadores miran con optimismo eventos como la Cumbre Mundial sobre el Clima, reconociendo al mismo tiempo que hasta la fecha sólo se han logrado avances regulatorios muy limitados y coordinados a nivel internacional.


    © Ciencia https://es.scienceaq.com