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¿Cómo se puede organizar la transición energética de una manera globalmente justa? ¿Lucharán los países en desarrollo para hacer la transición a energías limpias porque carecen de los medios financieros y técnicos? Un nuevo informe de política del Instituto de Estudios Avanzados de Sostenibilidad (IASS) se centra en los riesgos de una transición desigual y hace propuestas concretas para prevenir tales riesgos.
En su informe de política "Contrarrestar el riesgo de una transición energética desigual con bajas emisiones de carbono, "los autores Laima Eicke, Silvia Weko y el profesor Andreas Goldthau de IASS escriben que cumplir con los prerrequisitos tecnológicos y financieros para una transición energética global es crucial. De lo contrario, existe el peligro de que los países en desarrollo no puedan realizar el cambio a sistemas energéticos más respetuosos con el medio ambiente y sigan rezagados en la transición energética, con consecuencias de gran alcance para ellos y el resto del mundo. Por un lado, un aumento de las emisiones globales de carbono tendrá un efecto global negativo. En el otro, Los países de transición tardía serían más susceptibles a la inestabilidad política y la crisis económica.
Por ejemplo, Los países que no pueden eliminar los combustibles fósiles con la suficiente rapidez corren el riesgo de ser excluidos del comercio internacional y las cadenas de valor. Esto se debe a que en una economía global que se descarboniza, el contenido de carbono de los productos se convertirá en un factor importante para determinar el acceso al mercado, y los que llegan tarde corren el riesgo de quedarse atrás. El daño resultante a sus economías podría mantenerse.
La COP25 como trampolín hacia una estrategia global de transición energética
Para limitar el calentamiento global a 1,5 grados Celsius, todos los países deben tener las mismas oportunidades para descarbonizar sus economías, y se necesitan estrategias consistentes para que eso suceda. Como Laima Eicke, uno de los autores del estudio, señala:"Si se amplía la brecha entre los países con descarbonización temprana y tardía, también podría el potencial de desacuerdos, ralentizar aún más la transición ". Para evitar ese escenario, muchos países necesitan compromisos de asistencia financiera y técnica para acelerar sus procesos de transición energética en la medida requerida por el Acuerdo de París.
Las reuniones de la Asociación de Marrakech para la Acción Climática Global, que incluye representantes de varios niveles de gobierno, así como del sector privado e inversores, podría abrir más espacio para estos debates en la COP25.
Otras plataformas internacionales, programas bilaterales, y los actores privados también pueden desempeñar un papel importante. Iniciativas como la Asociación NDC destacan el potencial para alinear las actividades de múltiples actores en contextos de países específicos.
También se deben tomar medidas para coordinar los principios y prácticas de los actores financieros en todos los países. La COP25 en Madrid podría servir como un trampolín hacia estrategias consistentes, que será crucial para los países en desarrollo a medida que actualicen sus NDC en 2020 y para los esfuerzos por cerrar la brecha de ambición.
Las tres recomendaciones de los autores: