Vista panorámica de la Isla Decepción. Crédito:Antonio Álvarez Valero
Una gran erupción volcánica sacudió la Isla Decepción en la Antártida 3, Hace 980 años, y no 8, 300, como se pensaba anteriormente, según un estudio internacional publicado en Informes científicos , en el que han participado investigadores del Instituto de Ciencias de la Tierra Jaume Almera (ICTJA-CSIC). Este evento fue la erupción más grande en el continente austral durante el Holoceno (los últimos 11, 700 años después de la última gran glaciación en la Tierra), y fue comparable en volumen de roca expulsada a la erupción del volcán Tambora en 1815. La erupción formó la caldera del volcán, uno de los más activos de la Antártida, con más de 20 erupciones registradas en los últimos 200 años.
Según el nuevo estudio, un colapso de la caldera volcánica tuvo lugar hace 3980 años. El vaciado de la cámara magmática, la zona de acumulación de magma que alimentó la erupción, durante este violento evento eruptivo provocó una caída repentina de presión, provocando el colapso de la parte superior del volcán. Como resultado, se formó una depresión de entre ocho y 10 kilómetros de diámetro, que ahora le da a Deception Island su particular forma de herradura. El colapso de la caldera habría provocado un evento sísmico de gran magnitud, cuyos rastros se registraron en los sedimentos acumulados en el fondo de los lagos de la isla Livingstone.
Los núcleos de sedimentos lacustres fueron recuperados durante las campañas antárticas del proyecto HOLOANTAR, entre 2012 y 2014. Este trabajo de campo fue liderado y coordinado por Marc Oliva, luego investigador del Instituto de Geografia e Ordenamento de la Universidad de Lisboa, y ahora investigador Ramon y Cajal en la Universidad de Barcelona (UB). Oliva es coautora de este estudio.
"El objetivo inicial del estudio era puramente climático, ya que queríamos reconstruir las fluctuaciones climáticas de esta región durante los últimos 11, 700 años utilizando diferentes proxies encontrados en los sedimentos de los lagos de la península Byers, a unos 40 kilómetros al norte de la isla Decepción. Sin embargo, la presencia de una capa de sedimento diferente en todos los lagos de la misma edad después de que una gruesa capa de tefra nos sorprendiera, "dijo Sergi Pla, investigador del CREAF y coautor del estudio.
"Análisis geoquímicos y biológicos posteriores indicaron que estos sedimentos tenían origen terrestre y se depositaron abruptamente en el fondo del lago. Estos resultados sugirieron la ocurrencia de un gran terremoto que afectó a toda el área, y ponernos en la pista que, quizás, no estábamos frente a un terremoto común, sino a uno generado por el colapso de la caldera del volcán Isla Decepción. A partir de aquí, tiramos del hilo, "dijo Santiago Giralt, investigador del ICTJA-CSIC y coautor del estudio.
La fecha exacta de la erupción se obtuvo utilizando geoquímica, técnicas petrológicas y paleolimnológicas aplicadas en los núcleos de sedimentos de cuatro lagos de la península de Byers de la isla de Livingston.
Vista panorámica de la península de Byers, Isla Livingstone. Crédito:Santiago Giralt
Estos registros sedimentarios contenían varias pruebas directas e indirectas del evento volcánico que ocurrió en la Isla Decepción. "Los registros sedimentarios recuperados mostraron un patrón común:primero, la ceniza volcánica de la erupción de la Isla Decepción, recubierto por una capa de sedimentos de casi un metro de espesor compuesta por material arrastrado desde las orillas de los lagos hasta su fondo debido al gran terremoto, y finalmente, los sedimentos comunes de los lagos, que se caracterizan por una alternancia de arcillas y musgos, "dijo Santiago Giralt.
Uno de los desafíos fue caracterizar el origen de las cenizas producidas durante la erupción volcánica. Para eso, Las condiciones de presión y temperatura de los magmas que provocaron esta erupción se calcularon utilizando las cenizas presentes en los núcleos de sedimentos. "Con esta metodología, pudimos estimar la profundidad de todas las muestras estudiadas y determinar si eran parte del mismo magma y episodio eruptivo, "dijo Antonio Álvarez Valero, investigadora de la Universidad de Salamanca (USAL) y coautora de este estudio.
El estudio también estima que la erupción tuvo un índice explosivo volcánico (VEI) alrededor de seis, lo que posiblemente lo convierte en el episodio eruptivo del Holoceno más grande conocido en el continente antártico.
"Este episodio colosal de colapso eruptivo de la caldera expulsó entre 30 y 60 kilómetros cúbicos de ceniza, comparable en volumen a la erupción del volcán Tambora en 1815, un evento que se atribuye a un enfriamiento de la temperatura global que resultó en una serie de malas cosechas en Europa, en lo que se conoce como el 'año sin verano, '", explica Adelina Geyer, Investigador del ICTJA-CSIC y coautor del estudio.
"Es muy importante poder fechar este tipo de erupción para comprender los cambios climáticos causados por las erupciones volcánicas; en este caso particular, en altas latitudes australes, "agrega el Geyer.
Como sugiere el estudio, esta erupción pudo haber tenido impactos climáticos y ecológicos significativos en una gran área de la región sur, aunque se necesitan más estudios y nuevos datos para caracterizar con precisión cuáles son los efectos reales en el clima de este gran evento eruptivo.