* Erosión: Este es el factor más significativo. El viento, la lluvia, el hielo e incluso los organismos vivos, como las plantas, usan constantemente montañas, rompiéndolas en piezas más pequeñas. Luego se transportan estas piezas, dejando las montañas más bajas y más redondeadas.
* Actividad tectónica: Las montañas están formadas por colisiones de placas tectónicas. Si bien este proceso puede construir montañas más altas, también puede conducir a su eventual destrucción. A medida que las placas se mueven, pueden empujar las montañas, creando pliegues y fallas, lo que puede hacer que se desmoronen y pierdan la altura.
* Actividad volcánica: Algunas montañas están formadas por volcanes. Con el tiempo, los volcanes pueden volverse latentes o extintos, y sus conos pueden erosionarse, dejando atrás colinas o mesetas más pequeñas.
* glaciación: Los glaciares pueden tallar valles y erosionar picos de montaña, dejando características más redondeadas y menos imponentes.
Entonces, aunque las montañas no se encogen en el sentido literal, se someten a un cambio continuo debido a estos procesos geológicos. Esto conduce a una reducción gradual en su tamaño y altura durante períodos muy largos.