1. Calor: La arenisca está sujeta a un calor intenso, generalmente por entierro profundo dentro de la corteza terrestre. Este calor hace que los granos de cuarzo dentro de la arenisca se recristalicen y se entrelazen.
2. Presión: Junto con el calor, la arenisca también experimenta una inmensa presión. Esta presión ayuda a compactar los granos, exprimiendo los espacios de poros restantes y ayudando aún más al proceso de recristalización.
Estos dos factores combinaron esencialmente "fusionar" los granos de cuarzo juntos, formando una roca dura y duradera conocida como cuarcita.