1. Gravedad:
* La gravedad de la Tierra tira igualmente en todas las direcciones hacia el centro. Esta fuerza es más fuerte en el centro y se debilita con la distancia.
* Debido a esto, la Tierra tiende a ser esférica, la forma que minimiza la distancia promedio entre los puntos en la superficie y el centro.
2. Rotación:
* La rotación de la Tierra crea una fuerza centrífuga que actúa hacia afuera, perpendicular al eje de rotación.
* Esta fuerza es más fuerte en el ecuador, donde la velocidad de rotación es más alta y más débil en los polos.
* La fuerza centrífuga contrarresta ligeramente la gravedad, lo que hace que la tierra se abulque en el ecuador y se aplane en los polos.
3. Estructura interna:
* El interior de la Tierra no es homogéneo. El núcleo y el manto denso, combinados con la corteza menos densa, contribuyen a la distribución general de la masa e influyen en la forma.
4. Flexibilidad:
* La superficie de la Tierra no es rígida. La litosfera, la capa más externa rígida, es lo suficientemente flexible como para deformarse bajo la influencia de la gravedad y la fuerza centrífuga.
5. Factores históricos:
* La forma de la Tierra ha evolucionado durante miles de millones de años. Al principio de su formación, la Tierra probablemente era una esfera fundida. A medida que se enfría, su rotación y estructura interna dieron como resultado la forma actual.
En resumen:
La forma del esferoide oblato de la Tierra es un equilibrio dinámico entre las fuerzas de la gravedad, la fuerza centrífuga y la estructura interna y la flexibilidad del planeta. Esta forma no es estática y está en constante evolución, aunque los cambios son muy lentos.