1. El ajuste de los continentes:
- Los continentes, particularmente en América del Sur y África, parecían encajar como piezas de un rompecabezas. Esta observación, observada por científicos como Alfred Wegener a principios del siglo XX, fue una de las primeras pruebas que sugieren que los continentes podrían haberse conectado una vez.
2. Distribución fósil:
- Se encontraron fósiles idénticos de plantas y animales en continentes ahora separados por vastas océanos. Esto sugirió que estas masas de tierra alguna vez se unieron. Por ejemplo, el descubrimiento de los fósiles de Mesosaurus en América del Sur y África señaló una masa de tierra compartida en el pasado.
3. Estructuras geológicas:
- Las cadenas montañosas y las formaciones rocosas en diferentes continentes mostraron similitudes notables. Esto implicaba que se habían formado en condiciones similares y posiblemente se originaron en la misma fuente.
4. Evidencia paleoclimática:
- Los depósitos glaciales y los climas antiguos indicaron que algunos continentes alguna vez estuvieron ubicados en diferentes posiciones en relación con los polos. Este movimiento sugerido de los continentes con el tiempo. Por ejemplo, las estrías glaciales en América del Sur y África se alinearon como si los continentes una vez estuvieran conectados cerca del Polo Sur.
5. Fuera del fondo marino:
- El descubrimiento de las crestas del océano medio, los patrones de rayas magnéticas en el fondo del océano y la edad de la corteza oceánica (más jóvenes cerca de las crestas, más antiguas más lejos) proporcionó una fuerte evidencia del proceso de propagación del fondo marino, un aspecto clave de la tectónica de placas.
6. Terremoto y actividad volcánica:
- La distribución de terremotos y volcanes no fue aleatoria, sino concentrada a lo largo de zonas específicas, que luego se reconocieron como límites de placas. Esto sugirió que la corteza de la tierra estaba siendo deformada y movida activamente.
Estas observaciones, combinadas con avances posteriores en tecnología e investigación adicional, solidificaron la teoría de la tectónica de placas como el modelo principal para comprender la superficie dinámica y cambiante de la Tierra.