1. Batolitos: Estos son los cuerpos intrusivos más grandes, a menudo se extienden por cientos de kilómetros y alcanzan profundidades de decenas de kilómetros. Se forman profundamente dentro de la corteza, a menudo como resultado de la acumulación de magma debajo de los arcos volcánicos. Con el tiempo, el magma se enfría y se solidifica, creando vastas masas de granito subterráneas.
2. umbrales: Estas son intrusiones tabulares en forma de hoja que se solidifican paralelas a las capas de roca existentes. Se forman cuando el magma se abre paso entre las capas, a menudo explotando debilidades o zonas de baja presión. Los alféizares pueden variar en tamaño, desde láminas delgadas hasta grandes intrusiones de múltiples capas.
3. Dikes: Estas son intrusiones verticales o casi verticales que atraviesan las capas de roca existentes. Se forman cuando el magma asciende a través de fracturas o debilidades en la corteza, a menudo alimentando la actividad volcánica. Los diques pueden ser relativamente delgados, pero pueden extenderse a distancias significativas.
Estos son solo algunos ejemplos de formaciones rocosas ígneas intrusivas. También hay otros tipos, como laccolitos, existencias y cuellos volcánicos.