* Falta de actividad volcánica: Las zonas de subducción a menudo se asocian con volcanes activos, ya que la placa descendente se derrite, generando magma que se eleva a la superficie. Si una cordillera no tiene historia volcánica o volcanes actuales, es poco probable que se forme por subducción.
* Ausencia de trincheras del océano profundo: Las zonas de subducción implican un buceo de una placa debajo de otra, creando una zanja profunda a lo largo del límite. Si no hay evidencia de una trinchera en el océano cerca de la cordillera, la subducción es menos probable.
* limitado o sin metamorfismo: Las zonas de subducción se caracterizan por alta presión y temperaturas, lo que puede alterar significativamente las rocas a través del metamorfismo. Si una cordillera carece de evidencia de formaciones de rocas metamórficas significativas, podría no ser una estructura relacionada con la subducción.
* Estructura de la cordillera simétrica: Las cadenas montañosas relacionadas con la subducción a menudo son asimétricas, con un lado más pronunciado que el otro debido a la influencia de la placa descendente. Un rango simétrico sugiere un mecanismo de formación diferente.
* Tipo de roca dominante: Las zonas de subducción a menudo conducen a la formación de tipos de rocas específicos, como las ofiolitas (corteza oceánica) y rocas metamórficas de alta presión. Si la cordillera consiste principalmente en otros tipos de rocas, es posible que no se forme por subducción.
Nota importante: Es crucial considerar la historia geológica de la región. Algunas montañas formadas por subducción podrían haber perdido evidencia de sus orígenes debido a la erosión, la actividad tectónica o el tiempo geológico.