1. El ciclo del carbono: Este ciclo implica el movimiento del carbono a través de la atmósfera de la Tierra, los océanos, la tierra y los organismos vivos. El carbono es esencial para la vida y juega un papel clave en la regulación del clima de la Tierra. Se libera a la atmósfera a través de procesos como respiración, combustión y erupciones volcánicas, y se elimina de la atmósfera a través de la fotosíntesis, la absorción por océanos y la deposición en rocas.
2. El ciclo de nitrógeno: Este ciclo se centra en el movimiento de nitrógeno, que es un elemento crítico para los organismos vivos, particularmente para la construcción de proteínas. Implica principalmente la conversión de gas nitrógeno en la atmósfera en formas utilizables, como nitratos y amoníaco, a través de procesos biológicos como la fijación de nitrógeno y la desnitrificación. Estos procesos son realizados por bacterias y microorganismos.
3. El ciclo del fósforo: Este ciclo rastrea el movimiento del fósforo, un nutriente esencial para el crecimiento y el desarrollo de las plantas. El fósforo se almacena principalmente en rocas y se libera a través de la meteorización. Luego se mueve a través de diferentes compartimentos, incluidos el suelo, el agua, las plantas y los animales. El fósforo no se encuentra fácilmente en la atmósfera como los otros dos ciclos.
Estos ciclos geoquímicos están interconectados y cruciales para mantener la vida en la tierra. Desempeñan un papel en la regulación de la composición de la atmósfera, la disponibilidad de nutrientes esenciales y el clima.