Sin embargo, el mármol puede someterse aún más a la meteorización y la erosión, descomponerse en pedazos más pequeños o disolverse en ambientes ácidos. Estas piezas más pequeñas pueden contribuir a la formación de nuevas rocas sedimentarias, como arenisca o lutita.
También es posible que el mármol pueda someterse a temperaturas y presiones aún más altas, lo que potencialmente lo transforma en una roca metamórfica diferente, pero esto es menos común.