* Heat: El interior de la Tierra es increíblemente caliente y las temperaturas aumentan con la profundidad. Este calor proporciona la energía necesaria para descomponer las estructuras minerales dentro de las rocas existentes (ígneas, sedimentarias o incluso otras rocas metamórficas).
* Presión: El peso de las capas de rocas suprayacentes crea una inmensa presión sobre las rocas en las profundidades de la corteza. Esta presión obliga a los minerales dentro de las rocas a reorganizarse, cambiando su estructura cristalina y creando nuevos minerales.
* fluidos: A menudo, los fluidos calientes que contienen minerales disueltos circulan a través de las rocas. Estos fluidos pueden contribuir aún más a las reacciones químicas que transforman la composición de la roca.
En contraste, en la superficie de la tierra:
* Temperatura: Las temperaturas de la superficie son generalmente mucho más bajas que las profundidades dentro de la tierra.
* Presión: La presión superficial es mucho más baja, incapaz de generar la fuerza necesaria para transformar rocas.
Excepciones:
Mientras que la mayoría de las rocas metamórficas se forman dentro de la corteza, se producen algunas excepciones:
* Metamorfismo de contacto: Esto ocurre cuando el magma caliente se entromete en la roca existente. El calor del magma puede transformar la roca circundante, incluso a profundidades relativamente poco profundas.
* Metamorfismo regional: Las colisiones tectónicas a gran escala pueden causar un metamorfismo extenso, a veces afectando rocas cerca de la superficie.
Key Takeaway: Las rocas metamórficas son un producto de intenso calor y presión que se encuentran en lo profundo de la corteza terrestre. Estas condiciones rara vez están presentes en la superficie, por lo que típicamente no se encuentran rocas metamórficas allí.