* Pompeya: Esta próspera ciudad, famosa por su arquitectura bien conservada, frescos y mosaicos, fue completamente enterrada bajo una gruesa capa de cenizas y pómez.
* Herculaneum: Ubicado más cerca del volcán que Pompeya, Herculano fue devastado por un flujo piroclástico, una corriente de movimiento rápido de gas caliente y restos de roca. Este flujo enterró la ciudad bajo una capa de material volcánico de hasta 20 metros de profundidad.
Si bien Pompeya a menudo se cita como la principal víctima de la erupción, el herculano también se vio significativamente afectado. Ambas ciudades fueron redescubridas siglos más tarde y han proporcionado información invaluable sobre la vida romana y el poder devastador de las erupciones volcánicas.