Los diamantes se parecen a cualquier otra roca o cristal desde el suelo. Por lo general, aparecen como pequeños cristales octaédricos que pueden ser transparentes, translúcidos u opacos. El color de los diamantes puede variar desde incoloro hasta amarillo, marrón, azul, verde, rosa o rojo. Los diamantes también son muy duros y sólo pueden rayarse con otros diamantes.