Un ejemplo de deposición sin erosión es cuando un río disminuye su velocidad al entrar en un lago o en el océano. El sedimento que transportaba el río se depositará en el fondo del lago u océano, creando una nueva capa de sedimento.
Otro ejemplo de deposición sin erosión es cuando el viento disminuye su velocidad al pasar sobre una colina o montaña. El sedimento que llevaba el viento se depositará en el suelo, creando una nueva capa de sedimento.
La deposición también puede ocurrir cuando la corteza terrestre se mueve, como durante terremotos o erupciones volcánicas. Cuando la corteza se mueve, puede crear grietas o huecos en el suelo, que pueden llenarse de sedimentos.